Todo es conectar

Un gusto a verdad que impulsa a explorar

La vida es relación y esto se aplica a todo tipo de cosas, ideas, personas o sociedades. Este tipo de comunicación es continuo y extenso, pero ¿en qué consiste conectar y qué nos impulsa a ello? La naturaleza humana busca conexiones y ansía generar relaciones de una manera inconsciente e involuntaria, ¿entonces? ¿Qué sabemos? Un planteamiento abierto, que impulsa a seguir explorando.

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Todo está conectado y conectar es la sentencia. La vida es relación tal como lo expresó un antiguo profesor en cuya clase todos parecieron haber descubierto ante sus ojos la respuesta ante todo. Yo, para no ser menos, descubrí que no puedo ver mis ojos de haber descubierto ante mis ojos la respuesta ante todo, pero aquí estoy, imaginando mi momento de asombro.

Un descubrimiento lleno de fascinación; y aunque no es imprecisa la respuesta, pero tampoco concreta, deja un sabroso gusto a verdad.

Con esto podemos afirmar que nada puede existir de manera única. Si analizamos, todo requiere de una relación para poder subsistir; y esto es aplicable a todo tipo de ideas, organismos vivos, sociedades e incluso cualquier elemento de fantasía que se escape de nuestra comprensión. El conocimiento, el progreso, los avances, no hubieran sido posible sin conexiones, tan preciso y tan lejano como la más distante galaxia que se conecta con el lugar más profundo de la tierra, y tan cercano, como la más desconocida célula que se relaciona con el más ignorado átomo de oxígeno de nuestro cuerpo. A un nivel tan certero, como incomprensible.

Porque todo está conectado con todo. Así sostiene Richard Buckminster Fuller, diseñador, arquitecto e inventor estadounidense, quien ve todo el universo como una totalidad. Famoso por el concepto de Sinergia, expresa que todo está interconectado desde una perspectiva sistémica y unificada. El mundo como una sinergia de sinergias. Varios factores e influencias independientes que actúan y se relacionan entre sí, conformando un efecto mayor del que se esperaría por separado.

El mundo como una sinergia de sinergias.
Varios factores e influencias independientes que actúan y se relacionan entre sí, conformando un efecto mayor del que se esperaría por separado.

Las ideas de Buckminster las podemos corroborar con objetos, con personas y con procesos que vivimos a diario. El concepto de sinergia se vive en nuestras relaciones con las personas, con nuestras preferencias al momento de elegir, en nuestros gustos personales o en nuestra relación con la cultura digital. Todo está conectado con todo, solo hay que poner mayor atención y percatar estas uniones que ocurren en el andar pasajero y cotidiano. 

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Poner en comunicación

¿Pero en qué consiste conectar? Según la definición de la Real Academia Española, conectar es unir o poner en comunicación dos cosas o dos personas, o una con otra. Enlazar entre sí dos aparatos o sistemas, o uno con otro, de forma que entre ellos pueda fluir algo, como agua, electricidad o señales.

Si destacamos que conectar es poner en comunicación, el concepto va adquiriendo mayor significado. El germen de todo si quisiéramos llegar a la raíz. Un amplio proceso de emitir, recibir y todo ese desarrollo que va, viene y se retroalimenta. El desarrollo de una vida tal como la conocemos.

Por otra parte, se destaca que la conexión es entre dos cosas, dos personas, dos sistemas, uno con otro. La pregunta surge por qué no de a tres, o cientos, como se debiese desarrollar el concepto de sinergia o de creatividad. Seguramente el origen de todo tiene que ver con la particularidad de todo para avanzar hacia una generalidad mayor. La comunicación siempre comienza por lo más elemental. Una relación entre una singularidad y otra que luego conecta con otra singularidad y así otras generalidades van surgiendo.

La comunicación siempre comienza por lo más elemental. Una relación entre una singularidad y otra que luego conecta con otra singularidad y así, otras generalidades van surgiendo.

Esto comienza a adquirir mayor sentido y así podemos comprender mejor las relaciones que siempre surgen desde dos dimensiones. ¿Razón y sentidos?, la relación ahora otorga un meayor entendimiento, pero también otras cosas que de aquí surgen, ideas que se contraponen y brotan de antónimos y temperamentos en reacciones y viceversa.

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Una búsqueda de contacto,
una búsqueda de sentido

Pero si comenzamos a explorar entre encuentros y desencuentros, debemos ser consecuentes que conectamos siempre y desde hace bastante tiempo. Todo está conectado, no olvidemos. No es un misterio que para Leonardo da Vinci, el mayor polímata de todos los tiempos, haya sido su método de creación principal. Conectar todo con todo, comenzando con una particularidad para proseguir con algo mayor hasta descubrir más y más conexiones. 

Observaciones botánicas que conectan con maquetaciones de máquinas de ingeniería o estudios sobre proporciones humanas que se conectan a la vez con conclusiones médicas; toda conexión es posible que lleva a descubrir otras muchísimas conexiones más. Las relaciones no son casualidad, todo con todo y entre una y otra exploración, no es de extrañar que surjan grandes aportes, obras y descubrimientos. La historia ha catalogado a Da Vinci como la persona más creativa de la civilización, aunque deberíamos puntualizar como la persona que más conexiones habrá hecho en la historia humana.

Así como da Vinci, la naturaleza humana busca conectar. Ansiamos generar relaciones, como cuando imaginamos excavar un agujero y llegar al otro lado de la tierra, o cuando conectamos estrellas en el cielo e imaginamos constelaciones que rigen nuestras vidas. Toda búsqueda de contacto la hacemos con el fin de establecer vínculos. Muchas veces con algo desconocido e impreciso que se escapa de nuestro entendimiento, pero que permanece curioso e inquieto; que provoca tanto como estimula. 

Toda búsqueda de contacto la hacemos con el fin de establecer vínculos. Muchas veces con algo desconocido e impreciso que se escapa de nuestro entendimiento, pero que permanece curioso e inquieto; que provoca tanto como estimula.

En caso contrario, se fracasa cuando se carece de comunicación según el parecer de turno; “nos faltó conexión”, decimos o “la conexión es débil” o “algo falla en la conexión”, nos alertan. Se entiende que cuando algo no conecta, es como si fracasara todo, un desmoronamiento y una voz interior alertando sobre lo relevante y significativo. ¿Pero, por qué esta insistencia? ¿Qué nos impulsa a conectar?

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En un mundo digitalizado, el algoritmo es quien conecta

Es interesante buscar respuestas en la cultura contemporánea y sugerir planteamientos desde una realidad inquieta. ¿Aquí también está todo está conectado? Plantear el nexo con el mundo de las Redes Sociales y complementar con la pregunta, ¿qué es lo que nos impulsa a conectar en redes sociales? ¿Necesitamos de esta conexión para sobrevivir? 

Muchas de estas respuestas tienen acercamientos que podemos entender por una necesidad básica de desarrollo de relaciones con beneficios emocionales y utilitarios, además de un sentido de pertenencia e identidad. Sin embargo, las respuestas sobre qué nos impulsa a conectar, quedan escasas; aunque quizás no tanto si consideramos la naturaleza humana. Surgen otros tipos de planteamientos.

Enfatizar en los beneficios emocionales es un buen punto de partida si queremos ahondar en respuestas, pues muchos de estos se presentan de manera casi inconsciente, a modo de tranquilidad o sentido personal. Es interesante analizar que gran parte de nuestras conexiones diarias están marcadas por vínculos impulsados por emociones que desconocemos; y que se ejemplifican a diario en individuos que toman decisiones o consumidores que escogen entre alternativas. 

Todos estas preferencias, gustos y necesidades que manifestamos hacia cosas, ideas o productos entre uno y otro, son conexiones que realizamos y que nos otorgan beneficios emocionales, tan incógnitos y complejos, que sería fascinante desvelar por medio de la psicología.

Es interesante analizar que gran parte de nuestras conexiones diarias están marcadas por vínculos impulsados por emociones que desconocemos;

Por esta misma razón, los vínculos emocionales nos invitan a analizar las infinitas relaciones que podemos encontrar actualmente en la Cultura Digital y que, en muchos casos, son acciones inconscientes e involuntarias. Conexiones que resultan de otras conexiones y que se presentan de manera tácita esperando solo un breve accionar.

Vínculos y conexiones como los dedos con la pantalla, el usuario con la contraseña, el historial de navegación con las cookies, la novedad con la sorpresa, la sorpresa con las expectativas; y así todo va adquiriendo relevancia. Los textos lo hacen con el entendimiento, las imágenes con los sentidos y la suma de todo se agrega a la experiencia nueva del día. En un mundo digitalizado, el algoritmo es quien conecta. Evidencias de acciones inconscientes e involuntarias que no se pueden clarificar más.

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Conectar lo complejo
con lo ideal

A partir de este vínculo emocional podemos desprender una siguiente oferta utilitaria, que se relaciona a la vez, con el sentido y búsqueda de identidad que mencionamos. Conectar se hace necesario y necesitamos conectar lo complejo con lo ideal, es decir necesitamos nuevos relatos que satisfagan esa ansia de conexión hacia algo superior a nosotros mismos. Unir la imperfección humana con algo perfecto.

Esto se puede entender mejor por medio del lenguaje como herramienta para atribuir significados a realidades que parecen demasiado complejas. Aquí la abstracción se conecta con la realidad, tal como las palabras se conectan con la vida; como por ejemplo, conectar “lo nuevo” con “lo clásico” y abrir una realidad Neoclásica; conectar “lo posterior” con “lo moderno” y catalogar una realidad Postmoderna; y tan provocador como conectar “lo nuevo” con “lo liberal” e instaurar una realidad Neoliberal

Así surgen otros valores, nuevos discursos para aplacar, en parte, las incertidumbres que arroja un mundo que se tropieza con sus propias conexiones.

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Conectar es la sentencia

Para concluir, frente a las preguntas, ¿en qué consiste conectar? y ¿qué nos impulsa a conectar?, hay muchas respuestas que nacen desde la suposición y la incertidumbre. Algunos acercamientos nos proveen de respuestas, que siendo certeras, también dejan abierta posibilidades a una infinidad de cosas.

Aunque resulta sugerente también plantear otras preguntas, como ¿cuáles serán los alcances de conectar?, ¿hacia qué otras posibilidades podríamos acceder cuando esta acción es producto de la conciencia, individual y voluntaria? Buscar conexiones de ímpetu humano por vías conscientes y voluntarias resulta cautivador. Es cuando comprendemos mejor la cualidad creativa de las cosas. 

Buscar conexiones de ímpetu humano por vías conscientes y voluntarias resulta cautivador. Es cuando comprendemos mejor la cualidad creativa de las cosas. 

Estar atento a conectar, permanecer alerta a vínculos que podrían nacer desde diferentes ámbitos, es un trabajo que resulta desafiante. Nuevos alcances y beneficios emocionales y utilitarios. Un sentido de vida, si se propone. ¿Y estar atento a conectar con lo curioso, lo extraño, lo paradójico? Esto resulta aún más cautivador.

Como fuese, conectar es la sentencia y el mejor ejemplo es el caso de aquel antiguo profesor que se mencionó al principio y que impulsa a seguir explorando. Nada más delicioso que experimentar ante los ojos la respuesta ante todo. Aunque sea por un momento.

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